Durante el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, la mayoría de los centros de formación profesional pudieron realizar una transición al aprendizaje online para algunos de sus programas y sus estudiantes/aprendices. Sorprendentemente, muchas organizaciones descubrieron que su personal necesitaba formación adicional en técnicas de aprendizaje online y a distancia. Además, el profesorado afrontó problemas específicos con alumnos con un nivel muy bajo de alfabetización digital, que no podían acceder a plataformas, descargar materiales o participar en aulas virtuales.
Estos alumnos a menudo tuvieron que interrumpir el aprendizaje a distancia o dependían de otras personas para poder participar en las clases. esto supuso una limitación importante y un retroceso en el ámbito de la formación accesible al colectivo de personas con discapacidad intelectual.